jueves, 12 de diciembre de 2013

#Febrero de 1944:

El mercado que anteriormente había ocupado el Templo de la Purísima, se ubicó en la Plaza de la Cisterna, donde se instalaban los puestos públicos de venta. Con el paso de los días comprobaron que durante el transcurso de la jornada los restos de los artículos de venta iban cayendo al suelo y las aguas residuales del pescado se vertían filtrándose a través del suelo y atravesando la bóveda de la Cisterna, destilando el agua al depósito de la misma que servía para abastecer durante el verano a la población. Ante el temor de las consecuencias que dichas aguas residuales pudieran ocasionar (como era el caso de la producción de microorganismos o bacterias que contaminaran las aguas), se decidió trasladar nuevamente el mercado a la cercana plaza del Castillo.

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